Algunas veces sentimos que la esperanza nos abandona en nuestro trabajo de querer cambiar la realidad que vivimos, las responsabilidades en la familia, los estudios, el trabajo y esa rutina absorbente que llama a vivir dormido e insensible a lo que pasa a nuestro alrededor.
La experiencia nos muestra que el cambio es lento y lleno de dificultades donde no hay recetas infalibles y nada puede asegurarnos un buen resultado.
Posiblemente no consigamos solucionar ningún problema pero si logramos hacer que las personas de nuestros barrios se hagan concientes de que esos problemas existen, que son también sus problemas y que deben hacer algo para solucionarlos, habremos echo un buen trabajo… el comenzar a caminar a un cambio es a veces solo cuestión de tiempo… (Barrios del Mundo el Alto)